Los programas de colaboración con los centros de enseñanza para acoger estudiantes en prácticas en los servicios del Consorcio aportan beneficios para ambas partes. Los futuros profesionales conviven directamente con la realidad del trabajo en el ámbito social; los equipos al frente de los servicios incorporan una visión exterior que valoran muy positivamente; y las personas atendidas tienen un mejor acompañamiento. 

 

Este intercambio a lo largo de la estancia de los alumnos aporta valor añadido a los servicios socioeducativos del Consorcio. Los futuros profesionales experimentan de primera mano las necesidades y los retos diarios, al tiempo tienen la posibilidad de aportar aquellas pericias y conocimientos que pueden complementar el trabajo de los equipos de educadores. En el caso de estos, la acogida de estudiantes incorpora una mirada externa que contribuye a mantener una dinámica de adaptabilidad constante que lo hace más eficiente. Este curso, Fem Familia ha acogido una estudiante de cuarto curso del Grado de Educación Social que ha realizado una estancia intensiva durante el primer trimestre y la caja de los juegos acoge un alumno de tercer curso que comenzó el pasado octubre y terminará el abril.

Desde el Consorcio entendemos perfectamente la necesidad de los estudiantes de pasar por la experiencia del trabajo real, en contacto con las personas que acuden a los servicios. Este año, con la situación de excepcionalidad que supone la crisis por la pandemia de la Covidien, se ha hecho un esfuerzo muy importante para mantener los servicios a pleno funcionamiento, seguir dando la mejor atención e implementar las estrategias que fase a fase respondían más eficazmente a los nuevos retos. En este contexto de aprendizaje continuo para los profesionales también se ha integrado a los estudiantes en prácticas. Ha sido una realidad bastante diferente que ha fomentado la capacitación de unos y otros. Se trata de un aprendizaje bidireccional y enriquecedor.

 

Sentirse uno más del equipo
Desde la coordinación de los servicios se pone especial atención a la acogida de los alumnos para facilitarles el encaje con el equipo y la familiarización con las particularidades de cada servicio. Los alumnos hacen una primera fase más de observación para conocer la realidad del barrio de la Mina, el trabajo del equipo, la red de colaboración con los otros servicios socioeducativos del Consorcio y la red comunitaria del barrio. En un segundo momento, se espera que hagan aportaciones, y se les anima a proponer, preparar y dinamizar actividades y talleres. En este caso, han hecho aportaciones en el ámbito de las nuevas tecnologías de la comunicación, el cartelismo, el juego colectivo y la actividad física al aire libre.

A menudo las expectativas iniciales se amplían y revisan después de estas estancias, en que se capta mejor la complejidad del trabajo en el ámbito socioeducativo, y que aborda muchas perspectivas de la atención, apoyo y acompañamiento de las familias, niños y jóvenes a los que se dirigen estos servicios.

  

Consorcio del barrio de la Mina