Hoy, día 10 de octubre se celebra el día mundial de la salud mental con el lema "Abriendo mentes. Cerrando estigmas ", para la edición de este año. En Sant Adrià el programa de la jornada ha comenzado con una mesa redonda organizada por la Mesa de salud mental del Ayuntamiento y la participación de la Asociación de familiares de enfermos mentales del Barcelonès Nord (Afammeban), ...

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Betula -servicio pre-laboral de Afammeban-, el Club Badiu de Afammeban, y el Consorcio del barrio de la Mina, que a través del proyecto Acceso trabaja en la inserción sociolaboral de las personas afectadas. 

Precisamente, desmontar prejuicios sobre Salud mental e inserción laboral, era el tema de debate. La segunda parte del programa se celebra, a partir de las cuatro y media (16.30h.), En la plaza de la villa con una muestra de stands informativos de los diversos servicios y entidades que trabajan con personas con enfermedad mental, una gincana deportiva para niños de 3 a 12 años y el cuento que explicará M. Cruz Marín del Mazo a las seis de la tarde. 

Trabajo protegido versus trabajo ordinario
La mesa redonda de la mañana que ha tenido lugar en el Espacio Cultural Fuente de la Mina, ha reunido a representantes del col • lectivo, de empresas de trabajo especial y un experto en psicología social. El debate ha planteado la viabilidad de la inserción laboral como vehículo de inserción social y la contraposición entre el mercado ordinario versus el trabajo protegido, a partir de la experiencia de la Inma, Alfonso y Antonio que conviven con un trastorno mental y trabajan. El Inma ha reivindicado una formación adecuada a las capacidades de cada uno y la oportunidad para ellos de poder ofrecer a la sociedad todo lo que uno es capaz, para no tener que depender toda la vida de las ayudas sociales. Así como hacer frente al encasillamiento del enfermo mental en el trabajo especial y, más aún, si éste es sólo en el sector de los manipulados. Ella ha insistido en que el propio sistema de ayudas y empleos "especiales" los termina perjudicando, y pedía formación para aprender a vivir con la realidad en lugar de la protección. El Alfonso representa esta oportunidad. Tras caer enfermo, a los 23 años, en el contexto de un trabajo estresante y de relaciones humanas muy tóxicas, que le llevaron a dejar el trabajo y ponerse a estudiar de nuevo, ahora trabaja como técnico de mantenimiento de equipos electrónicos y mecánicos, un trabajo que se ajusta perfectamente a su perfil, según explica. Trabaja solo y acompañado al mismo tiempo, respondiendo a las averías que se presentan entre las 8 de la mañana y las 8 de la tarde, pero se sabe apoyado y aceptado por un equipo humano y técnico que le ha ayudado a sentirse muy capaz. Él explica que considera que tuvo la suerte de que su doctora no lo etiquetara, de hecho, no fue consciente de ser un enfermo mental y, esto hizo que él "aventurara" a buscar trabajo en el mercado laboral ordinario. Antonio ha sido uno de los usuarios del proyecto Acceso del Consorcio. Actualmente, hace diez meses que está trabajando en una empresa encargado del control de las entradas y salidas del personal. Reconoce que su paso por Acceso, donde aprendió a manejar el ordenador y las webs de búsqueda de trabajo, ha sido decisivo. Tal como explica "me ayudó a espabilar, allí me dieron las herramientas que necesitaba y me empujaron a seguir buscando; y todo ello, me hizo ganar autoestima ".

  

Miquel Juncosa, director de Abiertamente, organización que lucha contra el estigma y la discriminación, asegura que "la estigmatización puede ser el más discapacitante de todo lo que rodea a la salud mental, porque da una connotación negativa de la persona, la puerta a la discriminación y de ahí a la exclusión social ". Y, añade que "ante la desinformación y el miedo, por ejemplo, las empresas no contratan a estas personas". 

El papel de las empresas de trabajo especial 
Por su parte, los representantes de las empresas de trabajo especial, Ricard Matas, gerente de la Fundación Talleres, y Mario Zamorano, responsable de recursos humanos del Centro Caltor de la Fundación BdnCapaç, expusieron las peculiaridades y especificidades de la gestión de estos Centros Especiales de Trabajo (CET). Son entidades sin ánimo de lucro, orientadas a la creación de puestos de trabajo para las personas con enfermedad mental, que cuentan con personal técnico especializado para facilitar su integración en el mundo laboral. Pero, que también deben asegurar que a fin de mes cuadren los números para poder pagar sueldos. Y, al mismo tiempo, compaginar un sistema de producción que está del todo condicionado por la variabilidad de sus trabajadores, que necesitan unas condiciones de trabajo adaptadas a sus perfiles, que puede representar modificar la jornada laboral, incrementándose o reduciéndose en función de la situación clínica del trabajador, con un col • lectivo laboral que presenta un absentismo laboral del 13% por enfermedad. Los recursos de estas empresas venden las ganancias de la producción, mayormente en el sector de los manipulados y servicios, y de las subvenciones para su orientación social. Aunque, según explicó, Zamorano, la balanza se ha invertido en los últimos años. Si bien, en época pre-crisis la facturación por producción representaba el 40% y las subvenciones el 60%, ahora es justo a la inversa, para que estas se han reducido drásticamente. En esta necesidad de ampliar líneas de negocio, especialmente en el sector servicios, existe el llamado "enclave laboral". Que no es más que una sección del CET que trabaja dentro de la estructura de una empresa ordinaria, como por ejemplo los empleados de Castor encargados de la limpieza de calles que trabajan por Fomento y Contratas. La empresa ordinaria obtiene beneficios sociales para su contratación y estos trabajadores más vulnerables adquieren experiencia laboral en el mercado laboral ordinario. En contraposición, el responsable de Fundación Talleres, entidad que se orientó inicialmente a la inserción laboral de personas con discapacidad inte • lectual y que luego dio el salto al col • lectivo de personas con enfermedad mental, hizo un llamamiento a que estas no tengan pre-juicios a incorporarse a un CET con discapacidades, donde todos pueden convivir y cada uno puede asumir responsabilidades diversas dentro del engranaje productivo del centro.

  

Las empresas de trabajo especial también ofrecen prácticas laborales, un recurso que beneficia ambas partes. "Es muy positivo -asegura Zamorano- para que la persona se forma y coge experiencia, y el centro de trabajo puede valorar su capacitación como trabajador y sus habilidades sociales para desenvolverse en un ambiente laboral". Se dispone de una bolsa de trabajo donde se incluyen las personas que han realizado prácticas en la empresa y, según Zamorano, "un 70% de las que han hecho una morada de prácticas ha entrado a trabajar con nosotros". 

 

En esta jornada de debate y reflexión, no faltar la aportación del experto. Aleix Caussa, psicólogo social, miembro de Spora Consultoría Social, presentó una perfecta radiografía de cómo puede condicionar la relación de cada persona con el mundo laboral, si se tiene en cuenta el imaginario del trabajo que hay en nuestra sociedad. Este se basa en considerar el trabajo una herramienta de supervivencia y de estructuración del día, ámbito de sociabilización, elemento de identidad personal, y factor normalizador. Y, evidenció, como puede ser complicado para una persona que padece una enfermedad mental acoplarse a este ideario predominante.

  

Consorcio del barrio de la Mina